lunes, 2 de junio de 2008

Niños...


El año pasado por estas fechas mas o menos estuve a punto de dejarlo todo y mandarlo a la mierda.
Después de 25 años de karate, pensé que no me quedaba nada mas por hacer y no encontraba motivación por nada que rodease el dojo. Me pase el verano entero sin entrenar, ni siquiera me acerque por el gimnasio, guarde los karate-gi en el armario pensando que nunca mas los iba a volver a poner, todo me resbalaba bastante.
Pero llego septiembre, y nuevos críos llegaron al gimnasio. Nunca te das cuenta de lo contagiosa que puede ser la ilusión y la sonrisa de un niño de cuatro años hasta que te la encuentras en frente. Y cuando en vez de una son diez o doce la cosa se incrementa de modo exponencial. Si no hubiera sido por ese grupo de pequeños karatekas hoy creo que no tendría este blog, ni estaría ilusionado por las chicas que quieren hacer un equipo de kata, ni afrontaría con ganas los campeonatos y examenes que jalonan nuestro calendario.
Se que muchos de ellos no llegaran al cinturón negro y otros igual lo dejan de aquí a dos o tres años pero este pequeño grupo me ha devuelto las ganas de hacer cosas. Les debo una.

2 comentarios:

seawoman dijo...

eyyyyyy jose soy inma...jejeje ta way esto k iciste jejeje pero lo k mas me molan son las noticais jaja ...venga un saludin jose me pasare mas por aki...ta lueguin besos

Chemi Martín dijo...

Esos niños y niñas son unos privilegiados. No todos los pequeños deportistas tienen delante a alguien que sepa valorar esos detalles que tú comentas. Te doy mi enhorabuena. Aunque no nos engañemos, detrás de esas sonrisas, suelen esconderse clientes muy exigentes que no entienden de estrés, tráfico, malos días, hipotecas, etc. Ellos tienen su hora de gimnasio, su profe y quieren el máximo de energia en cada momento.Un disfrute al 100%. Comparto contigo: TODO UN PRIVILEGIO, si se sabe valorar.